Actitudes: 2 - La fuerza de una sonrisa

La fuerza de una sonrisa

Una persona atravesaba, con cierta frecuencia, un peaje de autopista. Cuando lo hacía por el paso manual, su actitud no difería mucho de cuando lo hacía por el automático. Alargaba la mano con el dinero, otra mano lo cogía y le dejaba el cambio. Esperaba la luz verde y arrancaba. Un día que había una cola espectacular, al llegar a la garita, dio las monedas y, mirándose el empleado, dijo sonriendo-le: "mucho trabajo, ¿verdad?". El otro, asintiendo con un gesto, le devolvió la sonrisa. Cuando, días más tarde, coincidieron de nuevo, el empleado lo reconoció y, desde entonces, se saludan como viejos amigos.


          Sí, la fuerza de una sonrisa y lo que representa es muy grande. Nada más atractivo que este gesto, que en diversas circunstancias es capaz de expresar solidaridad, comprensión y paz. Si fuéramos más conscientes de ello no seríamos tan avaros con nuestras sonrisas.

          En nuestro hogar, la sonrisa debe ser moneda de cambio habitual. Es un arma educativa de una fuerza extraordinaria, que los padres no utilizamos, a veces, con bastante profusión. La sonrisa calma, anima, estimula, acerca, tonifica, alegra... elementos, todos ellos, necesarios para una apropiada tarea educativa.

          No podemos llegar a casa con cara de perro. La educación necesita un clima amable y jovial, que no quiere decir superficial o permisivo, y que es el que permite encontrarse a gusto y multiplicar el esfuerzo por hacer bien las cosas. La educación triste corta las alas.

          No se trata de ir por la vida enseñando los dientes como en un anuncio de dentífrico. Sonreír es algo más. Es un gesto que se hace, también, con la mirada. No es un detalle de poca importancia. Es una manifestación externa de algo que se guarda dentro del corazón. Es un gesto del alma.

          No siempre sale espontáneamente. Pero, cuando uno se propone sonreir, se propone algo muy grande que lo hace cambiar por dentro, le ensancha el corazón y aumenta su capacidad de afecto y solidaridad. Sale ganando él y los que están en su entorno.


          Llevemos la sonrisa a nuestro hogar, ganaremos todos: padres e hijos.

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